A inicios de enero del presente año, se produjo una gran movilización de parte de los productores de papa, en las regiones de Junín, Pasco, Huancayo, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, entre otros; quienes exigían se declare en estado de emergencia la producción de papa.
Ello pudo evidenciar la desatención de parte del Estado peruano hacia el sector agrario, conformado mayoritariamente por poblaciones indígenas u originarias, quienes son los más afectados ante la inacción y la poca voluntad política en proteger a este importante sector productivo. Al contrario se priorizan normas que debilitan los derechos de nuestros pequeños agricultores, campesinos e indígenas y originarias sobre sus tierras, territorios y recursos naturales en los que habitan, poniendo en peligro la subsistencia de la pequeña agricultura familiar y comunitaria.
En este contexto, la Confederación Nacional Agraria – CNA, conversó en una nueva edición de su programa radial Kawsayninchis, la voz de los pueblos del campo, con Rosalía Clemente, presidenta regional de la Federación Regional de Junín (FAREJ), quien nos relató el rol fundamental que cumplen nuestros pequeños y medianos agricultores y los desafíos que enfrentan para producir sus alimentos.
En ese sentido señaló que es preciso implementar políticas públicas agrarias que tengan una mirada hacia los pequeños y medianos productores y productoras, de manera preferencial a la agricultura familiar, quien es la que abastece a los mercados regionales y nacionales. Asimismo, manifestó que no se sienten apoyados por parte del Estado, cuyas políticas públicas se enfocan principalmente en las empresas agro-exportadores, relegando a un segundo plano a los pequeños productores.
“Necesitamos información, capacitación para producir de mejor manera nuestros alimentos, saber que productos son buenos o que acciones debemos realizar ante el cambio climático que nos afecta, lamentablemente nos sentimos a la deriva”, expresó indignada Rosalía Clemente.
Para finalizar nuestra lideresa de FAREJ, instó a la población en general a reflexionar y concientizarnos sobre las condiciones en que los campesinos y campesinas de nuestro país producen sus alimentos, asimismo invocó a que consumamos productos peruanos sanos y nutritivos que con tanto esfuerzo y dedicación cultivan nuestros pequeños y medianos agricultores.
Por esta razón, resulta fundamental revalorar nuestra agricultura familiar, una agricultura sostenible que no solo considera la dimensión agroecológica, sino también la dimensión social, cultural, económica y participativa, considerando como base la agricultura campesina con una metodología participativa con protagonismo de mujeres y hombres que labran la tierra. Pero ello, es una tarea no solo de los agricultores, es también de los gobernantes a nivel local, regional y nacional, e igualmente de los ciudadanos en general que hoy más que nunca requieren de alimentos de calidad.
