Desde la Confederación Nacional Agraria (CNA) condenamos el cruel asesinato de Olivia Arévalo Lomas, defensora de los derechos culturales y ambientales del pueblo shipibo konibo, ocurrido el día de ayer 19 de abril del 2018; según informó la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali y Afluentes (FECONAU).
Lamentamos que hasta la actualidad el Estado no implemente un mecanismo de protección a nuestros defensores y defensoras que se encuentran en situaciones de riesgo, quienes continúan siendo expuestos a la violencia de aquellos que pretenden despojarlos de sus territorios ancestrales.
Hace unos meses asesinaron a José Napoleón Tarrillo, quien defendía la Reserva Ecológica de Chaparrí ante los traficantes de tierra, en setiembre del 2017 se dio a conocer el asesinato de 6 agricultores en Nueva Requena presuntamente motivado por tráficos de tierras, en 2014 el líder ambientalista Edwin Chota fue acribillado por un grupo de madereros ilegales, y la lista continúa, sin que el gobierno haga lo necesario para evitarlo.
En la actualidad América Latina se ha convertido en una región peligrosa para los líderes y lideresas ambientalistas, quienes defienden sus territorios, ante las actividades extractivas (minería, hidrocarburos , entre otros) que se desarrollan sin control atentando contra el medio de vida de nuestros pueblos. Lamentablemente el asesinato a un defensor y/o defensora indígena, es un hecho que no solo enluta y perjudica a la familia afectada sino a toda una comunidad, quienes ven cómo el Estado no realiza acciones concretas para protegerlos: ¿Cuántas vidas más deben ser arrebatadas?
No debemos permitir que las voces de nuestros pueblos indígenas u originarios sean silenciados y que su cultura sea exterminada, ante un sistema de justicia que no investiga ni sanciona a los responsables, permitiendo que dichos actos permanezcan impunes. Ante ello, exigimos se realicen las investigaciones pertinentes para hallar a los culpables.
¡Queremos vivos a nuestros pueblos indígenas u originarios!
#JusticiaparaOlivia