Con tres talleres macro regionales a realizarse en las ciudades de Lima, Cusco e Iquitos entre los días 18 y 26 de octubre, el Ministerio de Cultura dará inicio al proceso de formulación participativa de la propuesta de Política Nacional de Pueblos Indígenas u Originarios, instrumento de gestión pública demandada desde hace muchos años por las organizaciones de Pueblos originarios que participan en el Grupo de Trabajo de Pueblos Indígenas-GTPI.
Desde la CNA saludamos el inicio de este proceso trascendental y esperamos que dicha política garantice el ejercicio de los derechos individuales y colectivos de nuestros pueblos indígenas y brinde soluciones efectivas a los problemas principales que nos aquejan desde la fundación de la República, como son: el respeto a la integridad de nuestros territorios, la protección de la Madre tierra (Ambiente), el ejercicio de la gobernanza territorial y la libre elección de sus prioridades de desarrollo integral (Buen Vivir), el cumplimiento del derecho a la consulta y consentimiento, previo, libre e informado, el respeto a nuestra sabiduría ancestral y nuestros sistemas de salud, producción, soberanía alimentaria y acceso a servicios públicos interculturales, entre otros.
Al mismo tiempo, expresamos públicamente nuestra disconformidad por la forma en la que se viene desarrollando la fase inicial de este proceso. Observamos que el Viceministerio de Interculturalidad, no está garantizando condiciones óptimas para la formulación participativa de una política de tanta importancia: i) no se presentó la estructura de la Política Nacional, el marco conceptual, jurídico y metodológico, ii) la fase de reuniones descentralizadas no incluyen talleres macrorregionales en el centro y norte del país; iii) no se socializo el “diagnóstico integral formulado por el equipo responsable del VMI” que de sustento político y técnico a los ejes problema identificados, sobre los cuales se pretende estructurar la política nacional, iv) el horizonte de 10 años de la política nacional, es muy extenso ; iv) el cronograma ajustado y acelerado que no considera tiempos adecuados y espacios de trabajo interno de las organizaciones para que las organizaciones puedan dialogar y coordinar con sus organizaciones de base y asesores (colaboradores/as voluntarios/as); vi) el Ministerio de Cultura no garantiza que las organizaciones cuenten la asesoría profesional que requieren para un proceso tan complejo, obligándolas a que inviertan sus muy escasos recursos para solventar acompañamiento técnico; entre otros aspectos, que limitan y vulneran el derecho a la participación de los pueblos indígenas conforme a lo dispuesto en el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Así mismo, es de suma preocupación, que el Viceministerio de Interculturalidad, no agota esfuerzos institucionales para garantizar la participación de todas las organizaciones integrantes del Grupo de Trabajo de Pueblos Indígenas (GTPI) en este proceso y que, además, se mantenga la inadmisible exclusión de la CUNARC, organización legitima y representativa de los ronderos de los pueblos originarios del Perú cuya fecha de fundación data desde el 29 de diciembre de 1976 y que, además, hoy ejerce la coordinación del Pacto de Unidad de Organizaciones Indígenas.
Invocamos a las organizaciones indígenas de base, instituciones de la sociedad civil y opinión pública en general a mantenerse vigilantes y brindar su apoyo en el seguimiento que, desde la CNA, efectuaremos permanentemente a tan importante proceso, el cual, por cierto, llama poderosamente la atención que hasta la fecha no esté recibiendo la atención y difusión que amerita, dada su trascendencia para el destino de los pueblos originarios de nuestro país, más aun considerando el largo plazo que se prevé para esta política nacional; algo que no es más que un reflejo de la poca valoración que aún siguen recibiendo las y los indígenas en nuestro país, a pesar de constituir casi la tercera parte de nuestra población.
Desde la CNA reafirmamos nuestro compromiso de aportar de manera responsable, critica y reflexiva, a fin de que este instrumento cumpla con elevados estándares y sea verdaderamente útil y efectivo para encontrar las respuestas y soluciones más adecuadas a las históricas necesidades y demandas de nuestras hermanas y hermanos de los Pueblos Campesinos, Indígenas y Originarios del Perú.