Día Mundial de la Educación: ¿Qué avances ha habido en nuestro país?


El 01 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Educación, fecha que nos recuerda la importancia y el derecho que tienen todos los niños, niñas y jóvenes de contar con una educación inclusiva, intercultural y accesible, un derecho que el Estado debe garantizar como un aspecto clave para el desarrollo integral de la población.

En nuestro país convive una gran cantidad de lenguas y culturas que representan la identidad de nuestros pueblos, según el Ministerio de Cultura, el Perú cuenta con 55 pueblos indígenas u originarios, entre Amazonía y los Andes. En ese sentido, al ser país pluricultural y multicultural resulta necesario por ende que nuestros pueblos tengan acceso a una educación de calidad que se adapte a la realidad cultural de nuestros niños, niñas indígenas u originarios, una educación que valore su lengua originaria así como sus conocimientos ancestrales.

Precisamente existen instrumentos internacionales que promueven una educación intercultural, uno de ellos es el Convenio 169 de la OIT (art 28 y 29) en donde señala que se debe enseñar a los niños de los pueblos indígenas a leer y a escribir en su propia lengua así como se debe impartir conocimientos generales y aptitudes  que les ayuden a participar plenamente y en pie de igualdad en la vida de su propia comunidad. En esa misma línea la Declaración de los derechos de los Pueblos Indígenas también establece el derecho que tienen los niños y niñas indígenas de contar con una educación que incluya las perspectivas, cultura, creencias y valores de los propios pueblos.

En ese contexto también es importante señalar que en el Perú, la Constitución Política de 1993 (artículo 7) reconoce el rol que tiene el Estado en fomentar una educación bilingüe e intercultural de acuerdo a las características de cada zona, por esta razón significó un gran logro para nuestro país que en el 2016 se aprobara el Plan Nacional de Educación Intercultural Bilingüe, una propuesta consensuada  que incorporó los aportes de las organizaciones indígenas nacionales representativas.

Sin embargo pese a estos avances, aún continúan existiendo grandes retos en dicho ámbito, dado que aún muchos de nuestros niños y niñas indígenas aún no tienen acceso a una educación de calidad, asimismo la crisis política que enfrenta nuestro país ha generado que se deje lado importantes avances, siendo uno de ellos la inclusión del enfoque de género en el currículo escolar, una medida que busca enseñar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y que fue suspendida temporalmente por el Ministerio de Educación, el presente año, situación que generó preocupación por parte de distintos colectivos así como de las Naciones Unidas.

Lo cierto es que durante mucho tiempo, nuestros pueblos indígenas han vivido en una situación de exclusión y discriminación, en donde muchas veces hablar en su lengua materna significaba motivo de burla y de vergüenza cuando salían de sus comunidades. Precisamente una educación intercultural permite que dichas desigualdades se aminoren, el valorar una lengua originaria significa la visibilización y el reconocimiento de las lenguas y culturas de nuestros pueblos, pero para ello es necesario que todos los pueblos indígenas u originarios se encuentren plenamente reconocidos en la Base de Datos de Pueblos Indígenas, un hecho que en la actualidad no sucede.

De esta manera los desafíos que aún enfrenta el Estado no solo es la de promover de una educación intercultural para nuestros pueblos indígenas, sino también la de incidir en la formación y/o capacitación de los futuros docentes y/o maestros que garanticen la diversidad cultural y lingüística de los pueblos, así como de un adecuado presupuesto que permita una educación de calidad para las distintas regiones de nuestro país. Ante ello, es fundamental que como ciudadanos continuemos exigiendo reformas educativas y políticas públicas interculturales que mejoren nuestra educación, este ámbito no puede seguir siendo relegado en un país tan complejo y diverso como el nuestro, por ende nuestro rol es la de ser ciudadanos vigilantes e involucrados con nuestra educación, el cual permita cerrar estas brechas de desigualdades y discriminación, aun presentes.